Día del Estudiante Nicaragüense
Hoy, en el Día del Estudiante Nicaragüense, alzamos nuestra voz para destacar la crucial importancia de los estudiantes en el desarrollo y la defensa de los derechos humanos en nuestra nación. Los estudiantes son la semilla del progreso y el cambio; su educación y libertad son fundamentales para un futuro próspero y justo.
En Nicaragua, nuestros estudiantes han sido víctimas de una represión brutal e injusta por parte del régimen sandinista. Cientos de jóvenes valientes, que se alzaron pacíficamente en defensa de sus derechos y de una educación digna, han sido encarcelados como presos políticos. Muchos han pagado el precio más alto con sus vidas, y miles más han sido forzados al exilio, separados de sus familias y de su tierra natal. Estas acciones represivas son una clara violación de los derechos humanos y una amenaza directa al futuro de Nicaragua. Los estudiantes, que deberían ser protegidos y apoyados, se encuentran bajo un ataque constante por parte de un régimen que busca silenciar su voz y su pensamiento crítico.
Invertir en la educación de todos los jóvenes en vulnerabilidad por el contexto sociopolítico actual no es solo una necesidad estratégica, sino una obligación moral y urgente. Los estudiantes nicaragüenses han sido claves en nuestra lucha por la democracia y la justicia. Al alzar nuestras voces en su defensa, estamos luchando por un futuro donde los derechos humanos sean respetados y donde cada joven tenga la oportunidad de desarrollar su máximo potencial y contribuir al desarrollo sostenible de Nicaragua.
En este día tan significativo, hacemos un llamado a la comunidad internacional, a las universidades de todo el mundo y a cada ciudadano nicaragüense a redoblar nuestros esfuerzos en la defensa y promoción de los derechos educativos y la libertad académica. No podemos permanecer en silencio mientras nuestros jóvenes sufren por falta de acceso a la educación superior libre y de calidad.
En Ipen nos solidarizamos con todos los jóvenes estudiantes que han sido víctimas de las crueles violaciones de sus derechos, y con todos los jóvenes exiliados que anhelan una oportunidad para integrarse en el sistema educativo de sus países de acogida. Seguiremos trabajando arduamente para construir puentes a la educación y el desarrollo de nuestra juventud.
¡Vivan los estudiantes!